Tres cosas a recordar por San Valentín

Febrero es el mes del amor, ese sentimiento que nos activa todos nuestros sistemas, fisiológicos, mentales, afectivos y conductuales, con el fin de acercarnos a esa persona amada.  El proceso de enamoramiento parece ser universal y muy similar entre todos los seres humanos, aunque la intensidad ya depende de cada cual.

Si bien es cierto que San Valentín nos da la oportunidad de expresar todo nuestro afecto a nuestra pareja, a la vez que lo recibimos de su parte, crees, estimado/da lector/a, que ¿el amor es cosa de un sólo día? ¿O, por el contrario, se alimenta de una interacción constante?

Si eres partidario/a de la segunda opción, quizás te interesaría mirar un par de consejos que te dejaré a continuación. Si por el contrario eres partidario/a de la primera opción… la lectura de estos consejos es casi obligada.

Consejo nº1: ¿Te gusta que hagan cosas por ti? A tu pareja también. ¿Te parece un consejo obvio? Pues te sorprendería la cantidad de parejas que no se dan cuenta. A medida que la pareja formaliza su relación, o simplemente transcurre un tiempo concreto, parece que se empiezan a dar cosas por hecho y olvidar los pequeños detalles que enriquecían la pareja. Me gusta remarcar lo de “pequeños” detalles, puesto que hacen más unas muestras de afecto constante, como puede ser una caricia o un: “¿Cómo te ha ido el día?” que una escapada de fin de semana a Paris.

Consejo nº2: No esperes que los problemas se solucionen por sí solos. ¿Alguna vez has discutido con tu pareja, no habéis resuelto la causa del problema y has pensado: “va… ya se le pasará”? ¿A funcionado? A corto plazo puede ser que sí, pero, ¿habéis vuelto a discutir por la misma causa más adelante? Siempre he dicho que las heridas abiertas se infectan, y si no resolvemos un problema las malas caras y los reproches acabarán por aparecer. Puedes esperar a que la cosa se calme, para poder hablar con más perspectiva, pero recuerda que rara vez los problemas se arreglan si no ponemos de nuestra parte.

Consejo nº3: Este consejo es de carácter más íntimo y, probablemente, de los mejores que te pueden dar cuando hablamos de sexualidad. Aquí va: La pareja que se lo quiere pasar bien en el dormitorio, antes, se lo tiene que pasar bien en el comedor. ¿Te sorprende? No sufras, no estoy hablando de realizar prácticas sexuales en todas las estancias de la casa. Con esta frase me refiero al hecho de que, para tener una buena salud sexual con tu pareja, es necesario aportar una buena interacción entre vosotros, que se extienda a diferentes ámbitos, compartiendo aficiones, momentos y complicidades. Recuerda, no sabes nunca de donde puede nacer el deseo.

Por mi parte, esto es todo, espero y deseo que estas recomendaciones te sean de utilidad, que hayas pasado un buen San Valentín y, sobre todo, un último consejo, no te olvides de reír con tu pareja, te sorprenderá el bien que os puede llegar a hacer.

De regalo os dejo un vídeo narrando el artículo, para los más visuales.

¡Un saludo!

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